Dos canciones y un ramo de claveles fueron los claves en éxito de la pacífica Revolución que a las 17:45 horas del día 25 de abril de 1975 terminaron con 48 años de dictadura en Portugal.
La dictadura militar se había implantado en 1925 por António de Oliveira Salazar, sustituido Marcelo Caetano en 1968. La crisis colonial, con guerras abiertas en la mayoría de las colonias portuguesas de África, acentuó el malestar del ejército y del pueblo portugués, que veía con admiración la efervescencia social y cultural de la Europa occidental (a excepción de España), frente a la situación anquilosada de su país con una economía en decadencia, acentuada por obsesión de la cúpula militar dirigente de mantener sus colonias con grandes costes humanos y materiales.